Cuenta una vieja leyenda que tres hombres estaban una vez cruzando un desierto a caballo durante la noche. Cuando se acercaban a un riachuelo seco escucharon una voz que les ordenó desmontarse, recoger unas piedras, ponérselas en los bolsillos, y no mirarlas hasta la mañana siguiente. A los hombres se les prometió que si obedecían, iban a estar alegres y tristes a la vez. Luego de hacer lo que les indicaron, los tres montaron en sus caballos y siguieron su camino.
0 Comments
XXIV domingo Ordinario. Ciclo C
15 de septiembre del 2013 Ex 32,7-11.13-14 / Sal 50 / 1Tim 1,12-17 / Lc 15,1-32. ¡Alegría del Padre que es amor infinito; alegría de Jesús que es perdón seguro; alegría de la Iglesia que es casa abierta para todos! La tristeza, después de escuchar tan hermosas parábolas que reflejan la misericordia divina, no debería darse nunca; la tristeza es sólo para quienes pierden el rumbo y con esa pérdida también han perdido la esperanza. Las tres parábolas nos devuelven la confianza y el optimismo. La felicidad para algunos es acumular riqueza, obtener un buen empleo, que nuestros deseos se cumplan, ganarnos un nombre y fama. Sin embargo, sólo aquellos que están contentos con su vida y se sienten felices con la felicidad de otros realmente han comprendido en qué consiste la verdadera felicidad.
El gozo que uno obtiene de los placeres externos es temporal. Le verdadera felicidad puede disfrutarse por dentro. Cuando nuestros pensamientos son puros, cuando no nos preocupamos por nimiedades, solo entonces, podemos disfrutar de la verdadera felicidad. Una vez había una familia que no era ni rica ni pobre. Vivían en una pequeña casa de campo de Ohio. Una noche se sentaron juntos para cenar y alguien tocó la puerta. El padre se acercó a abrir.
Ahí estaba un hombre viejo con ropa desgarrada, pantalones rotos y sin botones. Cargaba una canasta llena de verduras. Le preguntó a la familia si querían comprarle algunas. Ellos aceptaron porque querían que se fuera rápido. Con el paso del tiempo, la familia y el hombre viejo se hicieron amigos. El hombre le traía verduras cada semana a la familia. Pronto se enteraron de que él era ciego y que tenía cataratas en los ojos. Pero era tan amigable que aprendieron a esperar ansiosamente sus visitas y a disfrutar de su compañía. Hubo una vez un hombre que pensaba en como sacar un clavo de una tabla gruesa de madera, pues no tenía tenazas, solo un mazo y unos clavos. Pasó mucho rato tratando de pensar la manera de sacarlo y cuando iba a desistir se le ocurrió una idea.
Tomó otro clavo y la clavó sobre la cabeza del que quería sacar y de esta forma el primer clavo salió del otro lado de la tabla. A veces tenemos un odio, un dolor, un resentimiento que hemos estado tratando de sacar de nuestros corazones y no hemos podido por lo arraigado que se encuentra. Ingredientes:
• Una libra de recuerdos infantiles. • 2 tazas de Sonrisas. • 2.5 libras de esperanzas. • 12 onzas de Ternura. • 5 latas de cariño. • 40 paquetes de alegría. • 1 pizca de locura. • 8 tazas de Amor. • 5 libras de Paciencia. NO EN EL DINERO. Jay Gould, el millonario norteamericano, al morir dijo: “Supongo que soy el hombre más miserable sobre la tierra.”
NO EN EL PODER MILITAR. Después de que Alejandro el Grande había conquistado el mundo hasta entonces conocido, lloró en frustración porque no había mas mundos que conquistar.
Pascua de Resurrección. Ciclo C
31 de marzo de 2013 Hch 10, 34a.37-43 / Sal 117 / Col. 3, 1-4 / Jn 20, 1-9 Alégrense hermanos, y canten de júbilo, más bien griten alborozados de gozo, porque hoy es la fiesta de la vida; es el triunfo de Jesucristo -después de la lucha- sobre lo más terrible que existe en el mundo, desde el primer hombre hasta hoy, la muerte. Y porque la muerte es triste lo es lo que la antecede, el dolor que luego viene con mucho sufrimiento y la ruina desoladora del envejecimiento. (¡Cuánto se invierte por aparecer joven o menos grande de lo que se es!) Se gastan millones en medicamentos, terapias, ejercicios y cosméticos; en vitaminas rejuvenecedoras, pero la muerte -como realidad inevitable- se presenta cada día en nuestra vida y en la vida ajena; noticieros de televisión, periódicos e inseguridad y violencia nos hablan de la muerte como realidad palpable. ¡Y hoy celebramos a Jesús que vuelve a la vida! Hoy es la Fiesta de las Fiestas. Jesucristo vive para siempre. Amanecemos con un corazón nuevo. Lo predijo Ezequiel: "Les daré un corazón nuevo... Les arrancaré el corazón de piedra y les daré un corazón de carne". El Cirio encendido, centro litúrgico de la Pascua, es una metáfora perfecta del corazón nuevo.
1. El corazón nuevo es luminoso. Comparte la victoria de Cristo sobre las tinieblas del pecado y de la muerte. Posee una luz nueva: la fe. Con ella ilumina su vida y la de los demás y camina con alegría, a pesar de las inevitables lágrimas. |
Archivos
April 2014
Categorías
All
|